Saltar al contenido
En la intensa dinámica de la gestión municipal, pocas figuras destacan con la solidez y el compromiso de Carolina Sosa. Secretaria General de la Municipalidad de Villa Mercedes, su nombre se ha convertido en sinónimo de ejecutividad, trabajo incansable y una trayectoria que avala su capacidad de gestión.
Con una vida dedicada al servicio público, su vocación se gestó desde la infancia, marcada por la influencia de su abuela y su madre, quienes fueron pilares fundamentales en la organización y unión familiar. Como muchas mujeres de su generación, Sosa reconoce el cambio de roles en la sociedad actual, donde la mujer ha asumido un papel cada vez más protagónico en la esfera pública, muchas veces en detrimento de la estructura familiar tradicional.
Su compromiso con la comunidad nació de manera natural, influenciado por una formación en la que la solidaridad y el servicio fueron valores fundamentales. Desde muy joven, participó en actividades organizativas y sociales, ya sea en su colegio, en la iglesia o en iniciativas solidarias. Su fuerte vínculo con la Iglesia Católica, en especial con la Parroquia de San Roque y el grupo de mujeres de la Virgen de Fátima, ha sido un pilar en su vida, dándole la fortaleza para afrontar cada desafío.
El amor por la militancia política también fue un legado familiar. Criada en un entorno peronista, su abuela le inculcó el valor del trabajo social y el compromiso con los más necesitados. Desde los 16 años, organizaba campañas solidarias en su colegio, recolectando ropa y ayudando a hogares de niños. Con el tiempo, esa vocación la llevó a involucrarse en la militancia activa, recorriendo barrios, pegando carteles y participando en la construcción de proyectos políticos con un fuerte sentido de justicia social.
Carolina Sosa no solo se ha destacado en la gestión municipal, sino que también ha sabido equilibrar su vida personal con una intensa agenda de trabajo. Como madre y abuela, ha enfrentado los desafíos de compaginar la familia con la responsabilidad de estar al frente de una Secretaría que demanda una disponibilidad casi total. Su día a día comienza temprano y se extiende hasta altas horas, combinando su labor pública con su compromiso personal de mantener viva la tradición del almuerzo familiar de los domingos, una costumbre que se resiste a desaparecer.
Su historia también está marcada por la disciplina y la autoexigencia. Apasionada por el orden y la organización, desde su infancia demostró una fuerte inclinación a liderar y movilizar a otros en pos de objetivos comunes. A pesar de no haber podido culminar su licenciatura en Trabajo Social, sigue defendiendo con fervor la profesión y el rol de los trabajadores sociales en la construcción de una sociedad más equitativa.
En tiempos donde el servicio público muchas veces se ve opacado por intereses personales, Carolina Sosa representa la esencia de la verdadera vocación política: aquella que nace del compromiso genuino con el otro, sin esperar nada a cambio. Su recorrido es testimonio de que la entrega, la pasión y la perseverancia son los verdaderos motores del cambio social.