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Por Gustavo Thompson.
Las elecciones en la Ciudad de Buenos Aires dejaron un mensaje contundente: el voto no siempre es adhesión, muchas veces es castigo. Los porteños no abrazaron al peronismo, simplemente buscaron frenar a Milei. Fue un voto cargado de miedo, bronca y frustración, más emocional que racional. Ese fenómeno puede tener eco en San Luis.
El riesgo del voto castigo en San Luis
En nuestra provincia, el gobernador Claudio Poggi debería leer con atención esa lección. Si la sociedad percibe incoherencias, acuerdos poco transparentes o prácticas de la vieja política, el voto puede volverse en su contra. No porque los sanluiseños quieran volver al pasado, sino porque cada vez más ciudadanos usan la boleta como advertencia. San luis ya le dijo basta a los Rodriguez Saá por intermedio de Poggi, ahora Poggi debe despegarse de la escuela de los hermanos y no lo hace, corre alto peligro del voto castigo, principalmente con los empleados públicos, resaltando como grave error cerrar La Caja Social cuando debería ser la salida de créditos blandos para todos los empleados públicos. (ver editorial al respecto).
El peronismo puntano no despierta entusiasmo, pero puede transformarse —como en CABA— en un instrumento de freno. Y si a eso se suma la división libertaria (D’Alessandro, Becerra, internas expuestas), el escenario es aún más vulnerable para Poggi, sobre todo porque no hay CERTEZAS en sus mensajes, por ejemplo, en Octubre, en San Luis, sin lugar a dudas, el voto en blanco ¿por qué no lo impulsan como decisión extraordinaria?, el voto en blanco en octubre será mayoría.
El factor Villa Mercedes
Aquí aparece un actor central: Villa Mercedes. La segunda ciudad de la provincia ya demostró que no es espectadora, sino protagonista. Y con Maxi Frontera a la cabeza, la ciudad se planta con claridad. Mientras en San Luis capital se observa un acompañamiento oficialista incluso a gestiones débiles, en Villa Mercedes se defiende la autonomía, la coherencia y el respeto al voto popular.
Frontera no juega a la rosca ni a las operaciones. Responde con gestión, cercanía y orgullo mercedino. Esa diferencia de acciones es lo que lo convierte en un referente con credibilidad, frente a un escenario donde la política provincial parece repetir fórmulas gastadas. Frontera no puede quedar pegado como nueva generación a la vieja escuela, para ello, es importante que Poggi reaccione y cambie, fundamentalmente en su metodología adolfista de sobrecargar su agenda con humo, fotos y alimentos de egos personales que lo terminarán llevando, sin lugar a dudas, al voto castigo.
Escenarios abiertos
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Unidad Milei-Poggi: si logran ordenar candidaturas y mostrar coherencia, pueden sostener parte del electorado que aún busca “orden y cambio”.
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Castigo electoral: si las divisiones internas y las señales de vieja política persisten, el voto opositor o en blanco puede crecer, como en Buenos Aires.
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Villa Mercedes decisiva: si la ciudad siente hostigamiento o falta de respeto, puede volcar la balanza. Frontera encarna el mensaje claro: Primero Villa Mercedes, segundo Villa Mercedes, tercero Villa Mercedes. La pregunta del millón es ¿a dónde se direccionará el voto de Maxi Frontera?, es decir, el voto mercedino.
Conclusión
La política nacional mostró que la incoherencia no se perdona. San Luis no está aislado de esa lógica. Poggi debería tomar nota: la gobernabilidad que disfruta hoy se sostiene en gran medida gracias al respaldo de Villa Mercedes y de un intendente que interpreta con sensibilidad el sentir popular, no es bueno para San Luis que Poggi y Frontera rompan pero, Poggi muestra rasgos parecidos a los de Milei, es soberbio porque ya debería hablar de un cambio de gabinete y Frontera tener, al menos, dos carteras ministeriales a su cargo.
Si este vínculo se quiebra, ojalá que no, el voto castigo puede ser implacable. Y ahí radica la gran diferencia: mientras algunos juegan a la rosca, Maxi Frontera gobierna con hechos, coherencia y pertenencia. Esa es la política que conecta con la gente, y la que marca la distancia entre quienes especulan y quienes conducen con responsabilidad.
Frontera lleva el mayor peso sobre sus espaldas, los octogenarios pretenden comerse otra generación, los jóvenes de 35 a 45 años, Poggi esta siendo el vínculo de esta desgracia, si lo permiten, la esperanza en San Luis quedará relegada a la generación que viene que será la de los pibes de 25 a 35 años.
Autocritica, prevención y crítica constructiva muchachos.