Saltar al contenido
Por San Luis Streaming.
En San Luis, el guion político parece escrito por un dramaturgo del absurdo. Ernesto “Pipi” Alí, ex ministro y actual diputado nacional, salió a denunciar al gobernador Claudio Poggi por supuesta malversación de fondos. Lo hizo con tono moralista, como si fuera el paladín de la transparencia.
Pero hay un detalle imposible de pasar por alto: Alí fue citado a indagatoria por graves delitos contra la administración pública. Junto a otros ex funcionarios albertistas —Luciano Anastasi y Claudio Latini— deberá explicar el fraude millonario y las irregularidades en pagos anticipados para obras que jamás se concretaron. Un caso que huele a corrupción de manual.
Mientras enfrenta este proceso judicial, Alí intenta instalar la idea de que Poggi habría actuado de forma irregular al desdoblar el pago de sueldos en diciembre de 2023, pese a que la provincia contaba con más de $93 mil millones en activos financieros. Un discurso que, viniendo de quien viene, suena más a golpe político que a preocupación genuina por la transparencia.
Hipocresía política en estado puro
La imagen es clara: el acusado de corrupción señala con el dedo a otro por corrupción. Y lo hace sin ruborizarse, con la seguridad de quien cree que el electorado olvidará o pasará por alto su propio prontuario judicial. Esta incoherencia erosiona la credibilidad no solo de Alí, sino del discurso opositor que dice representar.
En un contexto donde la ciudadanía reclama coherencia, transparencia y seriedad, este doble estándar solo profundiza la desconfianza. No se puede pretender liderar cruzadas morales con las manos manchadas.