Gonzalo Durante y la dignidad como política pública

Gonzalo Durante y la dignidad como política pública

Un reconocimiento a su trabajo incansable por las personas con discapacidad en San Luis

En tiempos de incertidumbre y discursos vacíos, el trabajo de Gonzalo Durante se sostiene en un dato irrefutable: todos los días mejora la vida de quienes más lo necesitan. Al frente del Centro de Día La Esperanza (San Luis Capital), su tarea combina gestión, sensibilidad y una defensa firme del derecho a la inclusión.

Un sostén real para familias vulnerables

La institución recibe 125 chicos y chicas con discapacidades severas, acompañados por un equipo de 60 trabajadores. Eso implica más de 200 personas movilizadas a diario entre usuarios, personal y transporte. Allí no solo se brindan talleres terapéuticos y cuidados integrales; también se garantiza desayuno, almuerzo, merienda y una vianda para la noche, un alivio concreto en hogares donde el 90% proviene de contextos vulnerables.
El servicio alcanza a personas que no son admitidas en escuelas comunes ni pueden insertarse en el mercado laboral, y que en muchos casos requieren asistencia permanente, respiradores o alimentación por sonda. El cierre de un centro así no es un dato administrativo: empuja a familias enteras a la marginalidad y al abandono.

La crisis que golpea a las instituciones

Durante describe un cuadro que se repite a nivel nacional: costos operativos que se multiplicaron en el último año, nomenclador nacional sin actualizar por más de doce meses y una brecha de financiamiento que deja a las instituciones operando a pérdida.
Mientras algunos centros ya cierran por días para contener gastos, La Esperanza mantiene su compromiso: no recortar personal —porque la ley y la ética lo impiden— y no dejar a nadie afuera. Aun así, hay más de 40 personas en lista de espera con habilitación, que no pueden ingresar porque no se autoriza cobertura.

Transparencia y respuestas que no llegan

Durante reclama dos medidas inmediatas:

  1. Actualización del nomenclador nacional y recomposición adeudada.

  2. Aclaración pública sobre los $121.000 millones que, según informó el propio Gobierno, se habrían transferido para recomponer el sector, pero que no llegaron a destino según la ANDis.
    El pedido es simple y contundente: transparencia, reglas claras y celeridad. Sin eso, la red de cuidado se deshilacha y quienes pagan el costo son los chicos y sus familias.

Acompañantes terapéuticos, otro eslabón en riesgo

El deterioro también alcanza a los acompañantes terapéuticos: sueldos desactualizados empujan a muchos a abandonar la profesión, dejando a niños y jóvenes sin el apoyo que necesitan para sostener escolaridad y tratamientos. La escena —niños abrazando a sus acompañantes en marchas— condensa la dimensión humana de una crisis que no puede medirse solo en planillas.

Detrás de cada número, una vida

El testimonio de Durante evita el golpe bajo y se apoya en un principio: la dignidad no se negocia. Su liderazgo demuestra que se puede administrar con firmeza y sensibilidad; reclamar con datos y con empatía; defender derechos sin banderas partidarias.
El Centro de Día La Esperanza es, en los hechos, política pública en funcionamiento: cuidados, alimentación, contención emocional, formación y descanso para familias agotadas.

Datos clave del caso

  • 125 personas con discapacidad severa asisten a diario.

  • 60 trabajadores sostienen la atención integral.

  • 200+ personas movilizadas entre usuarios, personal y transporte.

  • +40 habilitados en lista de espera sin ingreso por falta de autorización.

  • Nomenclador: más de un año sin actualización, con costos disparados.

Lo que se exige con urgencia

  • Actualización inmediata del nomenclador nacional y recomposición retroactiva.

  • Garantía de continuidad para centros y acompañantes terapéuticos.

  • Transparencia sobre los fondos comprometidos y ruta del dinero.

  • Prioridad de agenda: la discapacidad no es un gasto; es obligación legal y moral del Estado.

Gonzalo Durante encarna un liderazgo que no pide aplausos; pide soluciones. Su tarea diaria recuerda algo elemental: detrás de cada expediente hay rostros, historias y afectos. Y que la vara para medir a una sociedad —y a sus gobiernos— es qué hace con quienes más necesitan. Hoy, su reclamo nos involucra a todos.

Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=ntHVWbsitEY&t=6s

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