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El analista político Gustavo Thompson calificó como «un fracaso absoluto» la marcha realizada en Plaza de Mayo, asegurando que terminó siendo un autogolpe para el peronismo y un evento que, en lugar de fortalecer la oposición, la debilitó aún más. En un programa de San Luis Streaming, Thompson destacó cómo el intento de politizar la convocatoria terminó desvirtuando el propósito inicial, favoreciendo la imagen del oficialismo de Javier Milei y exponiendo la desconexión de los sectores tradicionales con la realidad social y política del país.
«El peronismo se autocondenó», sentenció Thompson, asegurando que la manifestación reflejó la decadencia de una dirigencia que no ha sabido actualizar su discurso ni su estrategia. «Era evidente que el peor error que podían cometer era apropiarse de una marcha que debería haber sido transversal, en lugar de convertirla en un acto partidario con las mismas caras de siempre», enfatizó.
Según Thompson, los números que se manejaron en torno a la convocatoria fueron altamente manipulados. «Mientras algunos medios hablaban de 80.000 personas, otros inflaban la cifra hasta los 2 millones. La realidad es que, históricamente, Plaza de Mayo y sus alrededores tienen una capacidad máxima de 250.000 personas, lo que representa apenas el 5% del padrón electoral. Esto significa que, incluso si la plaza hubiera estado completamente llena, no representa una base política sólida ni legítima para lo que intentaron construir».
El analista también hizo hincapié en el rechazo que la marcha generó en la sociedad. «Basta ver las redes sociales: más del 90% de los comentarios fueron negativos. La gente no quiere que estos personajes vuelvan. Se los rechaza por su historia, por su fracaso en la gestión y por la carga ideológica de los años 70 que siguen imponiendo en el debate político actual», sostuvo.
La marcha en San Luis: un reflejo del rechazo al peronismo
En el ámbito provincial, Thompson aseguró que la convocatoria en San Luis fue aún más débil. «En Villa Mercedes hubo una cuadra y media de gente, y en la capital apenas tres cuadras con una asistencia completamente dispersa. Esto solo reafirma el mensaje que dieron los puntanos en las últimas elecciones nacionales: el 70% rechazó al peronismo. Los números son contundentes y no se pueden ignorar».
Según Thompson, la dirigencia peronista en San Luis sigue repitiendo los mismos errores. «Siguen apostando a liderazgos caducos, a estructuras oxidadas que la sociedad ya no tolera. En este contexto, insistir con la doctrina peronista en San Luis es una estrategia perdedora. El partido justicialista provincial está absolutamente desgastado y sin capacidad de renovación», argumentó.
El fin de una era y el surgimiento de un nuevo modelo político
En su análisis, Thompson fue tajante al afirmar que «la marcha fue un parteaguas en la política argentina y marcó el principio del fin de la vieja dirigencia peronista». «Todas las mentes octogenarias que condujeron el peronismo en Argentina y en San Luis han terminado siendo funcionales a Milei. Con su falta de actualización, con su soberbia, le han servido en bandeja la construcción de una nueva narrativa política en la que ya no tienen lugar».
Finalmente, Thompson señaló que el futuro de la política en San Luis pasa por la consolidación del liderazgo de Claudio Poggi y la estrategia territorial de Maximiliano Frontera. «Lo que viene es una nueva construcción política. El peronismo como lo conocimos ya no tiene espacio, y quienes insistan en sostenerlo van a seguir perdiendo. El próximo paso es un modelo de gestión centrado en la provincia, con un liderazgo claro que marque un antes y un después. Si la marcha en Plaza de Mayo dejó algo en claro, es que el pasado ya no tiene futuro», concluyó.