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El intendente de Villa Mercedes, Maximiliano Frontera, continúa consolidándose como una figura política con proyección nacional. En los últimos días participó de un encuentro clave junto al intendente de Río Cuarto, Guillermo De Rivas, y al presidente de la Sociedad Rural Argentina, Nicolás Pino, donde no solo se compartieron visiones sobre el desarrollo productivo, sino que también se avanzó en la idea de un viejo anhelo: unir a Villa Mercedes con Río Cuarto a través de una autopista de cuatro carriles.
Una obra largamente postergada, frenada por más de 30 años por los hermanos Rodríguez Saá, quienes jamás habilitaron este vínculo estratégico con Córdoba por la mezquindad de no permitir que en San Luis trascendiera un apellido distinto al suyo.
Un dirigente con visión y apertura
Lo que distingue a Frontera no es solo su capacidad de gestión en Villa Mercedes, sino su voluntad de tender puentes con dirigentes de diferentes partidos y miradas ideológicas. Durante estas reuniones, el intendente mercedino dialogó con cinco gobernadores argentinos a través de saludos e intercambios estratégicos, demostrando que su visión de futuro trasciende los límites provinciales.
Frontera sostiene con claridad que San Luis necesita integrarse a la región y al país con obras de infraestructura y políticas de desarrollo que no dependan de viejos caprichos familiares, sino de consensos y planificación estratégica.
La armonía con Poggi y la responsabilidad institucional
Aunque no siempre coincida en temas de fondo, Maxi Frontera deja en claro que su gestión se basa en la armonía, la paz y el respeto institucional hacia el gobernador Claudio Poggi. El intendente mercedino entiende que la política no puede reducirse a confrontaciones estériles, sino que debe abrir caminos de diálogo que beneficien al conjunto de los ciudadanos.
Una idea fuerza que toma cuerpo
El MUP (Movimiento Unidad Provincial) ya había presentado como idea fuerza la necesidad de vincular a Villa Mercedes con Río Cuarto mediante una autopista. Hoy esa propuesta comienza a ganar eco en Córdoba y en la dirigencia nacional, fortalecida por las gestiones de Frontera y por un contexto en el que los puntanos reclaman integración y progreso.
Conclusión
Con gestos concretos, Maximiliano Frontera demuestra que es un dirigente que no se queda en la comodidad local, sino que se proyecta como constructor de consensos y nuevas formas políticas. En tiempos donde la mezquindad y el sectarismo dañan a San Luis, Frontera elige otro camino: el de la apertura, la integración y la defensa de Villa Mercedes como motor de desarrollo para toda la provincia.