Maxi Frontera, gobernador 2027

Maxi Frontera, gobernador 2027

Por Gustavo Thompson.

Una consecuencia involuntaria y lamentable de la decisión de Claudio Poggi

La reciente declaración de Claudio Poggi, llamando a votar por los candidatos de Javier Milei en San Luis, produjo un fuerte reacomodamiento político en el tablero provincial. Lo que a primera vista parece un gesto personal o táctico —el apoyo a la lista de La Libertad Avanza— encierra implicancias de fondo que modifican el escenario a mediano plazo y, en particular, reposicionan a Maximiliano Frontera como la figura de referencia del peronismo provincial.

El quiebre del pacto político

En los meses previos a la elección nacional, existió un entendimiento claro entre el gobernador Poggi y diversos dirigentes justicialistas, entre ellos Frontera, para no intervenir institucionalmente en la disputa nacional. La consigna era sostener la paz política, garantizar la gobernabilidad provincial y evitar fracturas prematuras dentro del entramado local.
Al romper ese equilibrio —expresando apoyo a Milei y su espacio— Poggi no solo modifica su posicionamiento ideológico, sino que rompe la línea de coherencia que había pactado con su entorno político más amplio y más IMPORTANTE que le garantizaba la gobernabilidad.

El contraste: coherencia y convicción

En este nuevo contexto, Maxi Frontera emerge como el polo de coherencia. A lo largo de su gestión, ha sostenido públicamente que nunca acompañaría expresiones de la ultraderecha, reivindicando su raíz justicialista, humanista y social.
Su decisión de no intervenir ni especular políticamente durante el proceso nacional, producto de un acuerdo, lo deja, paradójicamente, fortalecido. Mientras Poggi vira hacia el mileísmo, Frontera mantiene su eje: el diálogo, la gestión, la justicia social y la defensa de los valores populares.

La expectativa frustrada del retorno

Durante meses, sectores amplios del peronismo sanluiseño creyeron posible un reencuentro entre Poggi y Frontera bajo el paraguas del Partido Justicialista, en un eventual proceso de reorganización provincial. Sin embargo, el alineamiento de Poggi con la ultraderecha nacional disipa esa posibilidad.
En los hechos, Poggi cierra su propio regreso al justicialismo, mientras Frontera queda como la única esperanza orgánica de reconstrucción peronista en San Luis, con credibilidad ante las bases y reconocimiento institucional provincial.

Una consecuencia involuntaria

La maniobra de Poggi, lejos de debilitar a Frontera, lo potencia como alternativa real de poder hacia 2027. En un contexto nacional de polarización, su figura —moderada, de gestión y de palabra firme— puede convocar tanto a los sectores tradicionales del PJ como a independientes desencantados.
Así, la decisión del gobernador abre, sin proponérselo, el camino para que Frontera encarne el proyecto justicialista de la próxima etapa. 2027 se polarizará la elección a Gobernador entre Poggi y Frontera.

Conclusión

En política, los movimientos más determinantes no siempre son planificados. Con su declaración, Poggi definió su lugar fuera del peronismo. Y al hacerlo, consagró —de modo involuntario pero inevitable— a Maximiliano Frontera como el referente natural del justicialismo sanluiseño y potencial candidato a gobernador 2027.
Porque, como demuestra su trayectoria, la coherencia sigue siendo el valor más escaso y, por eso mismo, el más poderoso, fundamentalmente porque es el único sembrador de líderes, el único que genera participación activa a los jóvenes, el único con capacidad territorial combinando perfectamente su rasgo racional y emocional.

Comienza una nueva historia en San Luis y el Gobernador Poggi lo facilita, ahora habrá que entender y comprender si, esta realidad, es producto de la casualidad o la causalidad.

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