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En términos futboleros, la comparación es inevitable: 4 a 1. Así lo reflejan las proporciones de convocatoria militante entre los actos que encabezaron Maximiliano Frontera y Alberto Rodríguez Saá esta semana en Villa Mercedes. Sin embargo, reducir este fenómeno (Daniel Poder) a un enfrentamiento dentro del peronismo sería ignorar un cambio más profundo en la dinámica política de la provincia.
Frontera, intendente de Villa Mercedes, ha demostrado que su liderazgo ya no se mide dentro de las limitaciones de una estructura partidaria. Tras ser proscripto del Partido Justicialista por Rodríguez Saá cuando expresó su voluntad de competir por la conducción, Frontera no solo resistió los embates, sino que consolidó su lugar como un líder social. Su gestión, caracterizada por la cercanía con la gente y un enfoque inclusivo, ha trascendido las fronteras partidarias, conectando con sectores de la sociedad que se sienten representados por su visión y acciones concretas.
El fin de una era
Mientras tanto, el acto de Rodríguez Saá dejó ver el desgaste de un modelo de liderazgo que alguna vez fue hegemónico en San Luis. La militancia activa en su entorno se ha reducido, y los cuestionamientos hacia su figura y su círculo cercano crecen. La reciente polémica en torno a los despidos en El Diario de la República, sumada a las denuncias por pagos de indemnizaciones por debajo de lo estipulado por la ley, ponen de manifiesto un estilo de gestión que ya no encuentra eco en la ciudadanía.
El manejo del periódico, que alguna vez fue una herramienta clave de comunicación política, ahora parece un triste reflejo de su propio declive. El Diario, que en su momento alcanzó grandes tiradas, enfrenta su última etapa, marcada por conflictos laborales y un aparente desinterés por adaptarse a los desafíos del presente.
Un nuevo liderazgo para Villa Mercedes y San Luis
En contraste, el acto de Maximiliano Frontera en Villa Mercedes fue un contundente mensaje de renovación. Su convocatoria no solo reunió a militantes del peronismo, sino también a vecinos y sectores independientes que ven en él una figura que representa los valores de la gestión transparente, la cercanía con la gente y la capacidad de respuesta frente a las demandas ciudadanas.
Frontera no busca definirse exclusivamente dentro de los márgenes del peronismo, sino que trabaja para construir un liderazgo amplio, empático y con una visión que incluye a todos los sectores. Esto es lo que lo diferencia y lo posiciona como una referencia clave no solo en Villa Mercedes, sino en toda la provincia.
En un contexto donde la política está bajo constante escrutinio, liderazgos como el de Frontera son un aire fresco. Más allá de las luchas internas en el PJ y de los cuestionamientos a figuras que se resisten al cambio, San Luis parece estar gestando un nuevo paradigma: el de líderes que no solo representan a un partido, sino a una sociedad que busca más justicia social, desarrollo y transparencia.
El futuro político de San Luis podría estar marcando un giro significativo, y Maximiliano Frontera aparece como un actor principal en esta transformación. La gente lo respalda, y los números lo demuestran: 4 a 1 no es solo una metáfora, es una tendencia que resalta la importancia de liderar para todos, dejando atrás las divisiones y los personalismos, lejos de una cuestión centrada en un sector político como es el peronismo, llevarlo y encerrarlo a Maxi Frontera en este sentido es una mala y equivocada decisión porque el peronismo, propiamente dicho, no superará el 19% en las próximas elecciones y Frontera, hoy, como líder social llega al 80% de adhesión, parece, PARECE, que les preocupa la tendencia del mercedino..