Saltar al contenido
Luis Giraudo, referente puntano en materia de discapacidad y actual funcionario con rango ministerial, relató en San Luis Streaming junto a Alberto Trombetta la dramática experiencia que vivió cuando fue invitado por la embajada de Israel a una capacitación internacional sobre accesibilidad. Lo que prometía ser una jornada de crecimiento y formación, se convirtió en una odisea marcada por la guerra, el miedo y la incertidumbre.
Giraudo fue uno de los 11 argentinos seleccionados por el Estado de Israel para participar de un encuentro especializado en discapacidad. El viaje, financiado íntegramente por el gobierno israelí, lo llevó a realizar escalas en Dubái, antes de llegar a Tel Aviv. Sin embargo, su ingreso al país fue frustrado por el estallido del conflicto entre Israel e Irán.
“Cuando estábamos por abordar el vuelo a Tel Aviv, comenzaron los bombardeos. Desde la embajada argentina me informaron que no podía ingresar. Los que ya estaban adentro debían refugiarse en búnkers”, relató conmovido.
Atrapado en el aeropuerto de Dubái y sin saber el idioma local, debió enfrentarse a la burocracia, la reprogramación de vuelos y la angustia de una guerra inesperada. “Me iluminó Dios, o mi viejo desde arriba… si llegaba a entrar, no salía más”, expresó con gratitud y alivio.
El funcionario fue asistido por la embajada argentina y reubicado en un hotel mientras aguardaba su retorno a Argentina. “Recibí un voucher, me llevaron a un hotel que para ellos era común, pero para nosotros era un lujo”, dijo entre risas.
Más allá del susto, Giraudo destacó el motivo del viaje: la proyección internacional que tiene San Luis en materia de discapacidad. “Fuimos convocados porque somos la única provincia con una Secretaría con rango ministerial. Israel está a la vanguardia en este tema y nos ven como un modelo a seguir”, explicó con orgullo.
También enfatizó la necesidad de seguir trabajando con contacto directo con la Agencia Nacional de Discapacidad y otras instituciones, para resolver situaciones concretas como la entrega de audífonos o pensiones a personas en zonas alejadas como Tilisarao.
Luis, con humildad y compromiso, agradeció el apoyo de quienes se preocuparon por su situación. “Poca gente me preguntó cómo estaba, pero me sentí acompañado. Y si en septiembre se retoma la misión, allá estaré, porque esto es por la causa, no por mí.”
La experiencia lo marcó. No solo mostró su temple frente al peligro, sino también su visión de una política de inclusión real y efectiva. “Extrañaba mi Villa Mercedes con su puterío interno, pero en paz. Allá, en medio de rezos, culturas y guerras, entendí más que nunca lo que vale lo que tenemos”, concluyó.