Milei, la mutación de la narrativa y el nuevo eje del poder político

Milei, la mutación de la narrativa y el nuevo eje del poder político

Por Walter Magallanes.

El fenómeno Javier Milei ha demostrado que en política no alcanza con administrar, sino que es fundamental construir una narrativa sólida y movilizadora. Su ascenso y consolidación en el poder se sostuvieron en un contrato social basado en dos pilares fundamentales: la erradicación de la inflación y el combate a la casta política, entendida como el entramado de privilegios enquistados en el Estado.

Hoy, Milei ha cumplido en gran medida con el primer objetivo. La inflación, que fue el dolor dominante en la sociedad argentina al momento de su elección, ha dejado de ser la principal preocupación. Esto no solo le otorgó credibilidad, sino que reforzó su legitimidad ante el electorado. Sin embargo, en política, los dolores de la sociedad no son estáticos. Según análisis semióticos del diálogo social digital, un nuevo problema emerge con fuerza: la inseguridad.

La mutación de la narrativa: del ajuste económico a la batalla contra la inseguridad
El oficialismo ya ha comenzado a modificar su narrativa. Se observa en la agenda de gobierno, en entrevistas y en la estrategia discursiva de sus principales referentes. El nuevo enemigo a combatir es Axel Kicillof, gobernador de Buenos Aires, quien se convierte en el símbolo del kirchnerismo y, por extensión, de la casta que Milei prometió erradicar. La lógica es clara: el ajuste económico dio sus frutos, ahora es momento de trasladar la batalla al terreno de la seguridad.

En este nuevo escenario, Patricia Bullrich emerge como la figura clave. Con su historial en gestión de seguridad y su estilo confrontativo, encarna el liderazgo necesario para esta nueva etapa. Milei y Bullrich se están posicionando como los héroes de una narrativa que busca consolidar al oficialismo con un nuevo eje de poder: la lucha contra la criminalidad y la inseguridad.

La oposición y su incapacidad de construir poder narrativo
Mientras el oficialismo muta estratégicamente, la oposición sigue atrapada en una lógica obsoleta. Los actores tradicionales del “partido del Estado” (políticos, periodistas, gremialistas y analistas) aún creen que el poder se construye desde la gestión tradicional, sin comprender que sin una narrativa convincente, no hay liderazgo posible.

El caso de San Luis es un ejemplo interesante. El gobernador Claudio Poggi ha intentado posicionarse con la causa de la educación. Su estrategia es clara, pero la pregunta es: ¿es la educación el dolor principal del puntano hoy? Si su narrativa no responde a las urgencias reales de la sociedad, difícilmente logrará movilizar apoyo suficiente para sostenerse con fuerza en el tiempo.

Por otro lado, en el ámbito municipal, algunos dirigentes, como el intendente de Mercedes, parecen desconectados de esta dinámica. Su imagen se basa en la proximidad con los vecinos, gestos cotidianos y un perfil de trabajador comprometido. Pero sin una narrativa que dé sentido a esas acciones, el riesgo es la irrelevancia. En política, la percepción lo es todo, y sin un relato poderoso, cualquier liderazgo puede desmoronarse.

La marcha LGBT y el error de cálculo de la oposición
Un ejemplo claro de la desconexión opositora con la agenda del electorado es la reciente marcha LGBT. Algunos sectores políticos y mediáticos intentaron instalar la idea de que esta movilización representaba una amenaza seria para Milei o un golpe a su legitimidad. Sin embargo, desde el punto de vista del votante promedio, estos eventos tienen un impacto marginal en la percepción del gobierno.

El grueso del electorado de Milei no está preocupado por debates ideológicos o disputas culturales, sino por cuestiones económicas y de seguridad. La marcha LGBT, más allá de su valor simbólico, no representa un factor capaz de erosionar el respaldo al presidente. La oposición sigue creyendo que este tipo de movimientos pueden desgastar a Milei, cuando en realidad su base de apoyo se mantiene firme siempre que él continúe alineado con las causas centrales de su narrativa.

El escándalo de la cripto Libra: un riesgo manejable
Otro intento de la oposición por golpear a Milei ha sido el escándalo de la cripto Libra. La denuncia sobre una supuesta estafa ligada a una criptomoneda vinculada al gobierno generó revuelo en ciertos sectores políticos y mediáticos. Sin embargo, al analizar el impacto real de este escándalo, la clave sigue siendo la narrativa dominante en el electorado.

Si bien las irregularidades en torno a la cripto Libra pueden convertirse en un problema a nivel judicial o mediático, no alteran la estructura de poder del oficialismo. Para que un escándalo dañe realmente a un gobierno, debe afectar la causa central que sostiene su legitimidad. En este caso, mientras Milei mantenga su postura de combate a la casta y avance en la agenda económica y de seguridad, el episodio de la cripto Libra difícilmente se convierta en un punto de inflexión para su gobierno.

El desafío de los libertarios: consolidar el nuevo discurso
El gobierno de Milei ha demostrado que entiende la importancia de adaptar su narrativa a las preocupaciones cambiantes de la sociedad. La mutación del discurso hacia la seguridad es una señal de inteligencia política. Sin embargo, el desafío radica en ejecutar medidas concretas que respalden esta nueva etapa y refuercen su credibilidad.

Si el oficialismo logra articular acciones efectivas contra la inseguridad, es probable que refuerce su apoyo y deje a la oposición aún más desorientada. De lo contrario, el riesgo es que la narrativa se desmorone y el contrato social con el electorado se debilite.

El poder, en última instancia, es una construcción simbólica . Quien mejor entienda esa premisa, dominará el escenario político argentino en los próximos años.

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