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En los últimos días, ha circulado una versión tan absurda como irresponsable: que el gobernador de San Luis, Claudio Poggi, estaría involucrado en una supuesta maniobra para «borrar del mapa» a los sectores libertarios en la provincia. La denuncia, carente de pruebas, fundamentos y seriedad política, pretende convertir al gobernador en blanco de una interna partidaria que ni provocó ni alimentó. Es momento de aclararlo con todas las letras: Poggi no necesita destruir lo que ya se desintegra solo.
Los problemas que atraviesa el espacio libertario en San Luis son exclusiva responsabilidad de sus propios referentes, cuyas diferencias personales, ambiciones desmedidas y falta de conducción han derivado en un caos organizativo visible para cualquiera que observe el escenario electoral con objetividad. La disputa por el uso del nombre, los enfrentamientos públicos, las denuncias cruzadas y la judicialización del armado político no son responsabilidad del Gobierno provincial, sino el resultado directo de una estructura sin cohesión, sin liderazgo definido y sin sentido institucional.
Claudio Poggi: respeto por las formas, defensa de la democracia
El gobernador Claudio Poggi ha sido y es un dirigente caracterizado por su respeto por el orden democrático, la convivencia política y la institucionalidad. Su única relación con los espacios libertarios fue protocolar y respetuosa, en el marco de la visita oficial de la vicepresidenta de la Nación, Victoria Villarruel, a la provincia. Ese es el rol que debe tener un gobernador en democracia: recibir a las autoridades nacionales, sin importar el color político, con el decoro y la institucionalidad que exige el cargo.
Pretender transformar ese gesto de civilidad en una supuesta complicidad o intervención en las disputas internas de otro espacio político es delirante. Y lo que es peor: es una manipulación malintencionada que intenta tapar una realidad incómoda con una fantasía conspirativa.
Cuando la incapacidad busca culpables
Que cada espacio político se haga cargo de sus decisiones. En el caso de los libertarios en San Luis, el problema no fue la intromisión del oficialismo o de terceros, sino la incapacidad de sus propios dirigentes para construir unidad, sostener acuerdos y organizar una estructura coherente. Echar culpas externas revela más debilidad que estrategia.
El Frente Ahora San Luis, liderado por Poggi y garantizado por Maxi Frontera, está enfocado en consolidar una propuesta legislativa para el 11 de mayo, ampliar su presencia territorial y fortalecer el proceso de reconstrucción institucional en toda la provincia. No hay tiempo ni interés en espiar, intervenir ni desestabilizar a nadie.
San Luis necesita madurez, no relatos mediocres de conspiración
La política exige madurez, responsabilidad y verdad. La sociedad sanluiseña está cansada de los discursos victimistas y las acusaciones sin pruebas cuando los que acusan no son ningunos ingenuos, todo lo contrario. San Luis quiere dirigentes que se ocupen de resolver problemas, no de inventarlos. Poggi representa ese modelo de liderazgo serio, sobrio y comprometido con el futuro.
Los intentos por ensuciar la figura AHORA SAN LUIS son tan burdos como previsibles. Pero la realidad es más fuerte: en San Luis, el oficialismo gobierna, gestiona y construye. Los libertarios, lamentablemente, todavía están buscando quién los conduzca.