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La reciente tensión entre el gobernador de San Luis, Claudio Poggi, y sectores del radicalismo ha desnudado las grietas en la coalición oficialista. La intempestiva renuncia del ex ministro de Turismo, Juan Manuel Rigau, y las abstenciones de dos diputados radicales en la votación de una reforma clave, dejaron al descubierto un problema de lealtades que Poggi busca resolver con firmeza. En medio de esta crisis, el mandatario envió un claro mensaje de apoyo al intendente de Villa Mercedes, Maximiliano Frontera, y una advertencia contundente al radicalismo: alinearse o abandonar la coalición.
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El origen del conflicto
La renuncia de Rigau el 14 de noviembre generó un quiebre en la relación entre el gobernador y la UCR. Poggi esperaba una conversación previa con el funcionario para evitar el impacto político, pero Rigau decidió apartarse sin margen de negociación, justo antes del inicio de la temporada turística. Esto marcó un punto de inflexión.
Apenas días después, dos diputados radicales, Ivana Ricca y Javier Giménez, se abstuvieron de votar la reforma electoral y la implementación de la Boleta Única, proyectos que habían sido trabajados durante meses en consenso con todas las fuerzas políticas. Este acto fue percibido por Poggi como una traición directa y aceleró decisiones drásticas.
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La respuesta de Poggi: Firmeza y ultimátum
El gobernador no tardó en reaccionar. Aceptó inmediatamente la renuncia de Rigau y pidió la dimisión de otros funcionarios radicales, dejando el Ministerio de Turismo bajo el control de Romina Carbonell, una figura de confianza del mandatario. Además, envió un mensaje claro al presidente de la UCR, Juan Álvarez Pinto:
«O los dos diputados radicales se integran al bloque oficialista Cambia San Luis, o el radicalismo deberá abandonar la coalición no teniendo oportunidad de ostentar ninguna cartera ministerial.»
Esta declaración incluyó un plazo límite: el miércoles 4 de diciembre.
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El trasfondo político y el mensaje a Frontera
La situación trasciende la disputa entre Poggi y el radicalismo. En un movimiento estratégico, Poggi envió un mensaje de respaldo al intendente de Villa Mercedes, Maximiliano Frontera, dejando en claro que cualquier ataque del radicalismo contra su gestión será considerado un acto de deslealtad hacia él porque aspira que el intendente mercedino sea su pata peronista como él es, hoy, la pata peronista de Milei en San Luis.
Frontera, reconocido por su estilo de gestión cercano y eficiente, ha enfrentado cuestionamientos desde sectores radicales, lo que Poggi no está dispuesto a tolerar. Este apoyo explícito al intendente de una de las ciudades más importantes de la provincia refuerza la intención del gobernador de consolidar el oficialismo bajo una sola línea de acción. Recordando que Poggi necesita imperiosamente de los perfiles más fuertes, electoralmente hablando, porque busca ganar todos los legisladores nacionales posibles en el 2025.
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Consecuencias para el radicalismo
La UCR, dividida entre sectores que apoyan a Poggi y otros que cuestionan su liderazgo, enfrenta una encrucijada. La exigencia de Poggi no solo pone en juego los ministerios de Turismo y Ambiente, sino también el futuro del partido dentro de la coalición.
Mientras figuras como Walter Ceballos y los hermanos Cacace expresan su descontento, otros sectores del radicalismo reconocen que el gobernador debe reafirmar su autoridad. La reunión del Comité Ejecutivo del lunes 2 de diciembre será crucial para decidir si los diputados radicales se integran al bloque oficialista o si el partido toma un rumbo independiente.
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Frontera como eje de unidad
En este contexto, Maximiliano Frontera se consolida como una figura clave en el oficialismo. Su gestión ha logrado captar el respaldo del gobernador, y su capacidad para conectar con los ciudadanos de Villa Mercedes refuerza su posición como un aliado estratégico. Poggi parece estar enviando un mensaje claro: la estabilidad y el éxito de la coalición dependen de la cohesión interna y del respeto hacia líderes como Frontera.
Conclusión
La intimación de Claudio Poggi al radicalismo marca un punto de inflexión en la política de San Luis. El gobernador deja claro que no permitirá fisuras en la coalición ni ataques internos a figuras clave como Maximiliano Frontera. La decisión que tome el radicalismo en los próximos días definirá su lugar en el escenario político provincial. Mientras tanto, Poggi consolida su liderazgo al enviar un mensaje de unidad y respaldo a sus “aliados”, mostrando que, en su gestión, las reglas de juego son claras: lealtad o exclusión.