Por Gustavo Thompson
En la cuenta regresiva hacia las elecciones provinciales del próximo 11 de mayo, el escenario político de San Luis se ha redefinido con nitidez: el acuerdo institucional entre el gobernador Claudio Poggi y el intendente de Villa Mercedes, Maximiliano Frontera, ha evolucionado hacia una verdadera conducción compartida del poder, al punto de que ambos dirigentes ya no ocultan su unidad ni moderan su mensaje: “Somos el oficialismo de San Luis, somos el Frente Ahora San Luis”, repiten en cada acto.
Lo que comenzó como un entendimiento funcional entre dos jefes territoriales con vocación de gestión, se transformó en una sociedad política consolidada, que no sólo ordenó el escenario provincial, sino que marginó a los actores históricos, particularmente al peronismo conducido por Alberto Rodríguez Saá, hoy reducido a sus expresiones más desgastadas y resistidas por una ciudadanía que ya no tolera más soberbia, autoritarismo ni relatos de gestión que se contradicen con la realidad.
Poggi y Frontera no solo coinciden en el rumbo institucional. En cada aparición pública se destacan mutuamente, se agradecen, se legitiman. No es solo estrategia, es un mensaje de fondo: hay una nueva etapa en San Luis, y está protagonizada por ellos. Lo que hasta hace unos meses era un gesto de gobernabilidad, hoy es un bloque de poder con base social, proyección electoral y centralidad discursiva.
Mientras tanto, el otrora todopoderoso Alberto Rodríguez Saá, símbolo del peronismo sanluiseño durante décadas, atraviesa sus últimos respiros políticos. La historia lo recordará con claroscuros, pero lo cierto es que su presente está atravesado por acusaciones de autoritarismo, manejo discrecional de fondos públicos, y una caída estrepitosa de apoyo popular. La soberbia y la imposición como método de tiempos pasados se convirtieron en el arma que terminó por aislarlo, incluso de sectores del propio justicialismo.
El contraste es evidente. De un lado, un liderazgo binario y moderno, que busca construir un nuevo tiempo político desde el consenso institucional. Del otro, un modelo en retirada, más preocupado por blindar lo que queda que por proponer futuro. ¿Y los Libertarios en San Luis?, bien, gracias…
El Frente Ahora San Luis no es solo una marca electoral. Es la consolidación de una nueva hegemonía provincial, nacida del diálogo, la gestión conjunta y la legitimidad de las urnas. Poggi y Frontera no solo construyen poder, están reescribiendo el presente y el futuro político de la provincia, desplazando sin vueltas a quienes creyeron que San Luis les pertenecía.