Por Gustavo Thompson.
Con una diferencia histórica de 37 puntos sobre Alberto Rodríguez Saá, Maxi Frontera consolidó en Villa Mercedes un nuevo modelo de liderazgo político, clave en la victoria de Claudio Poggi.
En un proceso electoral que definió el rumbo político de San Luis, Villa Mercedes se convirtió en el motor más potente del triunfo del oficialismo provincial, logrando no solo una contundente victoria local sino también marcando un antes y un después en la manera de hacer política.
Maximiliano Frontera, con una diferencia de 37 puntos sobre Alberto Rodríguez Saá, superó incluso la performance del propio gobernador Claudio Poggi, quien a nivel provincial obtuvo una diferencia de 21 puntos sobre el exmandatario. Esta brecha no es un simple dato estadístico: es un precedente político de enorme relevancia, que redefine el mapa del poder en San Luis, teniendo en cuenta que, de cara a lo que viene, en las elecciones del 11 de mayo, votaron solamente 222.890 personas sobre un total habilitados de 425.553, es decir, mas de 200.000 personas no fueron a votar, ergo, no hay mucho que festejar y mucho para respetar.
El mérito de un liderazgo joven y coherente
El resultado en Villa Mercedes no fue casual ni improvisado. Fue fruto de una gestión cercana, eficiente y con fuerte impronta social. Bajo la conducción de Frontera, la ciudad experimentó una renovación generacional del liderazgo, con protagonismo de jóvenes comprometidos, militantes con territorio y una dirigencia que entendió el cambio de época.
Maxi Frontera no apeló al agravio ni al marketing vacío. Su campaña se destacó por ser limpia, respetuosa, armónica y profundamente territorial, donde primó el diálogo con la ciudadanía, la escucha activa y el respeto como valor central.
Villa Mercedes: ejemplo nacional de convivencia democrática
Mientras en otras ciudades —incluida la capital provincial— la campaña electoral estuvo atravesada por denuncias, violencia verbal y climas enrarecidos, Villa Mercedes vivió un proceso ejemplar. Sin carteles invasivos, sin contaminación visual ni agresiones, se logró un clima de paz y convivencia que demuestra que otra forma de hacer política es posible.
Este contraste con la capital, donde Poggi obtuvo una diferencia sensiblemente menor, pone en evidencia no solo un diferencial cuantitativo, sino un diferencial cualitativo en la forma de construir poder.
Un nuevo eje en el poder provincial
El resultado deja un mensaje claro: Villa Mercedes dejó de ser el segundo distrito en importancia y se convirtió en el centro estratégico del nuevo ciclo político en San Luis. Ya no se trata solo de cantidad de votos, sino de calidad institucional, de cultura política, de legitimidad social.
Maxi Frontera no solo ganó una elección: afianzó un estilo, una forma, una identidad. Y lo hizo sin gritos ni gestos vacíos. Lo hizo caminando, escuchando y trabajando. En tiempos de desconfianza hacia la política, ese es el mayor capital que puede aportar a Claudio Poggi de cara al futuro.
Una advertencia y una oportunidad
Los datos son claros. Los liderazgos nuevos están marcando el paso. Desconocer el aporte de Villa Mercedes, subestimar su protagonismo o intentar invisibilizar a quienes lo hicieron posible sería un error político grave.
Al contrario, este debe ser el punto de partida para repensar la distribución del poder dentro del oficialismo, para construir una provincia realmente federal desde lo político, lo simbólico y lo estratégico.
Porque si San Luis eligió cambiar, fue Villa Mercedes quien marcó con más fuerza ese rumbo.