En esta ocasión voy a poner a prueba vuestra paciencia para compartir algunas reflexiones sobre un oscuro e intrépido personaje que se le ha escapado hábilmente al torpe y rechoncho Sargento García.
El susodicho no es otro que el calvo Bartolomé Abdala, quien anda más agrandado que “galleta en el agua”, como dice la paisanada.
Y hablando de paisanada, motivos ($$$) le sobran, parece. Es un multimillonario que ha elegido la política para reafirmar su condición de tal. Lenguas filosas cuentan que el hombre hasta posee un haras de caballos de carrera purasangre en el señorial hipódromo de Palermo.
El minúsculo Senador se las trae, ahora junto al inefable barrionuevista D´ Alessandro (más turbio que el agua de Hissa), otro curioso sujeto cuyo pedigrí debe hurgarse hasta el tuétano; es Presidente de la Fundación SODETEC -risas-, con reminiscencias cloacales, entre otras serviciales y curiosas ocupaciones, un verdadero “aparecido” de la política y de la sociedad puntana.
Al momento de trazar este ignoto perfil recuerdo, menuda coincidencia, que administró en San Luis cientos de planes de formación laboral del entonces kirchnerista ministerio de Trabajo de la Nación, beneficiado por un gran amigo suyo de ascendencia árabe que representaba a dicha cartera nacional en esta provincia de San Luis de la Punta de los Venados.
El mencionado dúo dinámico hace gala de un mileismo “puro”, sin fisuras (ni ellos se lo creen). Pero ojo, el calvo y diminuto legislador tiene “más agachadas que japonés con visitas”, una de esas claudicaciones en su flamantelibertarismo es su, por todos conocido, pacto político histórico con Alberto I, El Derrotado.
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