En este nuevo encuentro enmascarado les voy a contar una historia muy interesante.

        Sorprendió a tirios y troyanos la fulgurante aparición de Natalia Zabala Chacur en el centro de la escena política provincial. Y en materia de sorpresas, la mayor: con armado propio y objetivos partidarios, de renovación de la banca en 2025 y… ta tan ta tan… candidata a Gobernadora por el justicialismo en 2027, ¡tiró por todo la Naty!

        Uno de los más sorprendidos debe haber sido el propio exgobernador Alberto Rodríguez Saá, ya que Zabala Chacur expresó sus pretensiones en medios de comunicación no vinculados al Grupo Payné (toda una definición en sí misma), como así también en un tono firme que incluyó autocrítica (cosa que no abunda por el PJ).

        Dicen que el aludido más sorprendido, incluso, habría emitido ese errático e improvisado video desde su lujosa residencia, entre otros motivos, por la veloz instalación de las intenciones políticas de su exjefa de Gabinete de Ministros.

        Natalia, Contadora Pública Nacional, con más de 20 años de trayectoria política e institucional, con militancia justicialista indiscutible, es nieta del “Lura” Chacur -también reconocido dirigente histórico del peronismo de San Luis-, fallecido años atrás, quien organizó los aspectos financieros de la llegada de Adolfo Rodríguez Saá a la gobernación en 1983. Perlita: de no haber sido por el abuelo de Zabala Chacur, el primer gobernador post dictadura hubiera sido Julio Mediavilla, el gran empresario de la carne villamercedino -pensar que algunos babean por el energúmeno de Samid-, quien no estuvo dispuesto a “poner” los 400.000 verdes que hacían falta en aquel momento. Un antecedente relevante, en opinión de este justiciero.

        A modo de colofón, presumo que esta historia se va a transformar en una prolífica novela, porque basta recordar cómo las mitologías griega y romana exhiben, con horror y crueldad, las fauces mismas del poder, la naturaleza humana, a veces abyecta, sórdida, expuesta aquí, magistralmente, en una obra del encumbrado pintor español Francisco de Goya; óleo sobre el revoque de una pared de su Quinta situada en Carabanchel Bajo, en las afueras de Madrid. El arte goyesco supone uno de lospuntos de inflexión que, entre los siglos XVIII y XIX, anuncian la pintura contemporánea y es, al mismo tiempo, precursor de algunas de las vanguardias pictóricas del siglo XX, especialmente el expresionismo, nada menos. Este cuadro representa al titán Chronos, o Saturno en la mitología romana, en el acto de devorar a uno de sus hijos, por temor a ser destronado por alguno de ellos.

Saturno Devorando a su hijo, de Goya.

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