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Las palabras sonaron como un martillazo directo al corazón del viejo régimen: “Alberto Rodríguez Saá está inhabilitado ética y moralmente para denunciar a nadie”, lanzó sin eufemismos el periodista y conductor Alberto Trombetta en su programa por San Luis Streaming, en referencia al exgobernador que hoy, lejos de la centralidad política, intenta forzar su regreso mediático y discursivo a la escena provincial.
Pero Trombetta no se quedó en el título. Lo sostuvo con argumentos demoledores: recordó los últimos cuatro años de gobierno de Rodríguez Saá, plagados —según sus propias palabras— de “irregularidades, situaciones anómalas y manejos que nada tuvieron que ver con una buena administración”. Fue más allá: apuntó directamente a la connivencia de Rodríguez Saá con su propio entorno, permitiendo que funcionarios y operadores, en especial los del gabinete manejado de facto por su hijo, “se sirvieran con cuchara grande de los fondos del Estado”.
La crítica no fue sólo moral o institucional. Fue también estratégica. Trombetta sostuvo que el exmandatario ha perdido por completo la capacidad de arrastre político, y que sus recientes intentos de ponerse nuevamente en el centro del escenario sólo benefician al actual gobernador Claudio Poggi, al representar un “adversario ideal, con un rechazo social superior al 70%”.
“Es un verdadero despropósito que Alberto pretenda ser protagonista de algo”, enfatizó Trombetta. “Cualquiera que tenga un mínimo de memoria sabe que él permitió todo lo que pasó. Y no solo lo permitió: fue responsable por acción u omisión”.
El periodista también apuntó a la hipocresía de Rodríguez Saá al no asumir nunca públicamente su responsabilidad. “Alberto jamás se hizo cargo de nada. Se escondió detrás de su estructura de poder mientras su gente —sometida y obediente— operaba sin frenos. Hoy muchos están bajo la lupa judicial, pero él actúa como si nada tuviera que ver”.
Además, denunció que el daño más grave que causó no fue sólo administrativo o electoral, sino estructural y simbólico: la destrucción del Partido Justicialista de San Luis, que, según anticipó, obtendrá en Villa Mercedes el caudal de votos más bajo de su historia. “El PJ va rumbo a un papelón escandaloso en estas elecciones. Nunca fue tan poco representativo como ahora. Y todo es resultado de décadas de capricho, autoritarismo y decadencia dirigencial encabezada por Rodríguez Saá”.
“Si la pelea es entre Poggi y Alberto, chao. Si en Villa Mercedes es entre Alberto y Maxi Frontera, chao. No hay partido, no hay estructura, no hay proyecto. Solo un hombre que no quiere entender que su tiempo se terminó”, sentenció Trombetta, reflejando lo que cada vez más sanluiseños susurran: que el reinado de los octogenarios terminó, y que sus intentos de resurrección solo profundizan su desgaste.
En tiempos donde la ciudadanía exige renovación, transparencia y liderazgo con vocación democrática, la figura de Alberto Rodríguez Saá se presenta como el emblema de todo lo contrario: un pasado que no termina de irse, pero que ya no representa a nadie, ni siquiera a su propio partido.
