Mientras la capital se desangra en internas, Villa Mercedes enseña con madurez política y liderazgo

Mientras la capital se desangra en internas, Villa Mercedes enseña con madurez política y liderazgo

Por Gustavo Thompson

En tiempos donde el escenario provincial parece teñido de denuncias cruzadas, acusaciones por corrupción y un clima enrarecido en el centro político de San Luis, Villa Mercedes se alza como un faro de madurez democrática, un ejemplo de convivencia, diálogo y respeto que sorprende incluso a propios y extraños.

Desde el Departamento Pedernera, la segunda ciudad más importante de la provincia observa con serenidad y distancia las peleas que protagonizan los viejos caudillos y dirigentes de la capital, que se acusan mutuamente de traidores, ladrones o corruptos, exhibiendo una política del agravio que ya no representa a nadie.

En contraste, Villa Mercedes transita un proceso electoral diferente: sereno, respetuoso, constructivo. Y eso no es casualidad. Es el reflejo directo del liderazgo de Maximiliano Frontera, quien ha sabido conducir los destinos de la ciudad con inteligencia, templanza y grandeza. En tiempos de bronca y polarización, Frontera optó por el tacto, la prudencia y la visión de largo plazo. Y hoy los frutos de esa elección están a la vista.

Este momento histórico le plantea a Villa Mercedes una oportunidad única: o choca el colectivo por divisiones internas o encamina un sueño grande con todos arriba. La diferencia será la madurez política del espacio que lidera Frontera. Y allí, más que nunca, es vital que todos entiendan que no hay lugar para egoísmos ni mezquindades. El liderazgo está claro. Lo que viene no puede ser obstaculizado por intereses personales, ni por internas innecesarias.

Facilitarle el camino a Frontera es hoy un deber histórico, no solo político. Es comprender que el horizonte es grande, que hay espacio para todos, pero que debe primar la unidad, la visión colectiva y la confianza plena en quien ha demostrado tener la capacidad para conducir.

Porque si Villa Mercedes está donde está, es gracias a una conducción firme, serena y estratégica. Maximiliano Frontera no llegó por azar: es el artífice de una transformación que muchos hoy celebran. Por eso merece respaldo sin fisuras. Y quienes hoy pretenden abrir grietas dentro del espacio, deben entender que no es tiempo de protagonismos individuales, sino de construcción colectiva.

La historia es generosa con los que saben leer los tiempos. Hoy, Villa Mercedes tiene la oportunidad de consolidarse como la ciudad del futuro, pero para lograrlo, todos —dirigentes, militantes, vecinos— deben cerrar filas detrás del liderazgo de Frontera, evitar conflictos internos y fortalecer un modelo que ya está dando sus frutos.

Porque mientras la capital se pelea, Villa Mercedes se ordena, se proyecta y se fortalece. Y ese es el mayor gesto de madurez política que puede ofrecer una comunidad en tiempos de crisis, no vamos a permitir que nadie intente manchar o desestabilizar semejante oportunidad.

Estamos OBSERVANDO.-

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