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En un tiempo donde la política suele estar marcada por el ego, la distancia con la gente y las promesas vacías, la candidatura de Fernando Revello representa un aire fresco y profundamente humano. Como primer candidato a concejal por el Frente Ahora San Luis en Villa Mercedes, Revello no es solo un nombre en una boleta: es un vecino del barrio Criollo, un hijo de familia trabajadora, un padre comprometido, un abogado sensible y un militante con historia.
Durante su participación en San Luis Streaming, entrevistado por Alberto Trombetta, Fernando dejó al descubierto una identidad que conmueve: la de un hombre sencillo, humilde y profundamente leal. Su testimonio atravesó lo político para tocar lo personal. Recordó con emoción a su madre, Olguita —referente barrial y de la catequesis— y a su padre, Ramón, mecánico de tractores, ejemplo de esfuerzo y honestidad. «Ojalá sea un 5% de lo que fueron ellos», dijo entre lágrimas contenidas.
Fernando no llegó a la política por ambición. Llegó porque, como él mismo lo reconoce, fue parte de un camino que recorrió ayudando, escuchando y estando al lado de quienes más lo necesitan. Acompañó desde siempre a Maximiliano Frontera, a quien considera un amigo y referente, y asumió con responsabilidad el desafío que éste le propuso: encabezar una lista de unidad, diversa y comprometida.
Su historia personal también habla de superación. Pasó por una dura etapa de obesidad, llegó a pesar 160 kilos, y con disciplina y voluntad se transformó física y emocionalmente. Hoy juega al futsal, recorre clubes, promueve el deporte como herramienta de inclusión y sueña con una ciudad donde los chicos puedan volver a jugar en el campito, con seguridad y libertad.
La candidatura de Fernando Revello representa algo más que un proyecto político. Es la posibilidad de llevar al Concejo Deliberante una voz cercana, una mirada empática, un compromiso real. Porque lo suyo no es discurso, es vida vivida. Y eso lo sabe cada vecino que lo ve en la calle, cada mensaje que se multiplica en apoyo sincero, cada palabra de aliento que recibe en redes o en persona.
“Prometo no defraudar”, dijo. Y no suena a frase hecha. Su vida entera parece ser la garantía de que esa promesa no es solo política, sino existencial.