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Los héroes históricos de la patria Argentina, como José de San Martín, Manuel Belgrano, y otros líderes de la independencia, generalmente tenían edades que variaban entre los 30 y los 50 años durante los eventos clave de la historia argentina, como la Revolución de Mayo de 1810 y las guerras de independencia que siguieron. Por ejemplo, José de San Martín tenía alrededor de 42 años cuando cruzó los Andes en 1817, y Manuel Belgrano rondaba los 40 años durante la misma época. Estas edades reflejan la madurez y la experiencia que muchos de estos líderes tenían al enfrentarse a los desafíos históricos que definieron la independencia argentina.
Por otro lado, el Pacto de Mayo, también conocido como Pacto de la Independencia, fue firmado el 25 de mayo de 1810 en Buenos Aires, Argentina. Fue un acuerdo entre los representantes de Buenos Aires y las provincias del interior del país para establecer un gobierno provisional que reemplazara al virreinato español.
Entre los principales firmantes del Pacto de Mayo estaban:
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Mariano Moreno: Tenía aproximadamente 31 años en ese momento. Fue un abogado y político que jugó un papel crucial en los eventos que llevaron a la Revolución de Mayo.
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Manuel Alberti: Era un sacerdote y político, y tenía alrededor de 39 años en 1810.
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Miguel de Azcuénaga: Militar y político, tenía cerca de 35 años en 1810.
Estos hombres, junto con otros líderes y representantes de las provincias, firmaron el Pacto de Mayo con el objetivo de establecer un gobierno provisional que representara los intereses de las provincias argentinas y que eventualmente condujera al proceso de independencia de España.
No es precisamente el ejemplo que vivimos hoy en la Argentina, los jóvenes son cuestionados, criticados y hasta desprestigiados por la raza ortodoxa setentista y rancia de la política Argentina, un gran daño a la natural renovación generacional, impiden esta realidad que es y fue histórica, los hombres que rondan los 70 y 80 años, por ambición desmedida de poder, niegan el traspasamiento generacional.
Es hora de volver a la fuente de la historia y que los jóvenes como a otroras marquen el nuevo rumbo de la Argentina.