San Luis y el Desafío Electoral 2025: Entre Estrategias y Realidades

San Luis y el Desafío Electoral 2025: Entre Estrategias y Realidades

Por Gustavo Thompson

La provincia de San Luis se encuentra en una encrucijada política de cara a las elecciones legislativas de 2025. En un contexto nacional donde la ultraderecha sigue marcando la agenda y captando la atención del electorado con discursos alineados a las emociones predominantes, la provincia podría convertirse en un caso atípico si logra consolidar una estrategia de comunicación eficaz.

La importancia de la narrativa en la política moderna

Expertos en comunicación política coinciden en que las elecciones no se ganan con clientelismo ni con estrategias tradicionales, sino con la construcción de un «sueño colectivo». Esto implica que los candidatos deben conectar con las emociones y expectativas de la gente, generando una narrativa que unifique y movilice.

Un claro ejemplo de esto se vio en la campaña de Adolfo Rodríguez Saá en 2017, que revirtió una derrota en las PASO mediante una estrategia comunicacional meticulosamente planeada. La clave fue el uso de herramientas como la programación neurolingüística, la segmentación del mensaje según tendencias de opinión en tiempo real y la eliminación de elementos que generaban rechazo, como la sobreexposición de la elite política.

El riesgo de repetir errores

En la actualidad, el peronismo en San Luis enfrenta un dilema: mantenerse fragmentado y con estrategias dispersas o unificarse bajo una narrativa coherente que logre conectar con el electorado. Figuras como el gobernador Claudio Poggi, el intendente de Villa Mercedes, Maximiliano Frontera, y el de San Luis, Gastón Hissa, tienen el desafío de consolidar un mensaje que evite la fragmentación y apunte a una campaña efectiva.

La falta de un relato unificador puede ser letal en un escenario donde la ultraderecha ha demostrado su capacidad para instalar temas de discusión en la opinión pública y capitalizar el descontento social. La estrategia de Milei, basada en el uso de la tecnología para identificar emociones predominantes y direccionar mensajes políticos en consecuencia, es un modelo que está arrasando en el mundo.

Los factores determinantes

Hoy, la inseguridad se ha convertido en la principal preocupación de los argentinos, desplazando a la inflación. Esto explica por qué el gobierno nacional ha comenzado a posicionar este tema en el centro de su agenda política. San Luis no es la excepción: cualquier estrategia electoral efectiva deberá abordar esta problemática de manera convincente.

Por otro lado, la comunicación gubernamental también juega un rol clave. Acciones como la implementación del boleto gratuito o la organización de eventos financiados por el Estado pueden ser valoradas por algunos sectores, pero también generar rechazo si no se comunican adecuadamente. La percepción de los votantes es determinante, y una estrategia mal planificada puede jugar en contra.

San Luis: ¿Modelo a seguir o a evitar?

San Luis tiene la oportunidad de convertirse en una referencia política a nivel nacional si logra consolidar una estrategia electoral moderna, basada en datos y en la comprensión del electorado. La fragmentación y el personalismo han demostrado ser errores costosos en el pasado; el desafío ahora es construir un mensaje unificado que pueda competir con la narrativa de la ultraderecha.

En este sentido, la próxima elección no solo definirá representantes, sino que también servirá como termómetro para medir la capacidad de la política tradicional de adaptarse a un nuevo escenario donde la emoción y la tecnología son los verdaderos protagonistas. El tiempo apremia, y la ventana de oportunidad para generar una alternativa viable se reduce cada día.

San Luis podría marcar la diferencia en 2025, pero para lograrlo, primero debe encontrar su propio sueño colectivo.

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