Con el voto de Fernando Salino, San Luis le dijo sí a la impunidad

Con el voto de Fernando Salino, San Luis le dijo sí a la impunidad

El senador nacional y cuñado de Alberto Rodríguez Saá votó en contra de la ley de Ficha Limpia, desoyendo a la sociedad y reafirmando la protección de la casta que hundió a San Luis en décadas de autoritarismo, privilegios y corrupción.

Mientras la sociedad argentina reclama transparencia y ética pública, el Senado de la Nación volvió a darle la espalda al pueblo. El proyecto de Ley de Ficha Limpia, que buscaba impedir que personas condenadas por corrupción en segunda instancia accedan a cargos públicos, fue rechazado por el voto del porteño devenido de «puntano». Ese voto, escandaloso y dolorosamente simbólico, fue el del senador por San Luis, Fernando Salino, cuñado del eterno manipulador político Alberto Rodríguez Saá.

La decisión de Salino no es una sorpresa. Responde a una lógica de décadas, en la que los vínculos familiares y la lealtad a una estructura de poder feudal pesan más que la ética republicana. Con su negativa, Salino no solo protege la posibilidad de que condenados puedan seguir haciendo política: avala el modelo que su cuñado construyó durante 40 años en San Luis, donde el poder judicial, el legislativo y el ejecutivo fueron colonizados para blindar privilegios, perseguir adversarios y enriquecerse a espaldas del pueblo.

Hablar de «Ficha Limpia» en San Luis es tocar una fibra incómoda. Es remover las causas de desvío de fondos, contrataciones irregulares, persecución política y enriquecimientos inexplicables que marcaron la era Rodríguez Saá. ¿Cómo iba a votar a favor un senador que representa a ese sistema, que debe su banca a un apellido y no a un mérito?

Fernando Salino no votó solo contra una ley. Votó contra el reclamo de miles de argentinos que quieren una dirigencia con antecedentes limpios, votó contra los jóvenes que exigen otra política, votó contra la transparencia que San Luis tanto necesita. Y lo hizo en nombre del silencio cómplice y cobarde de quien lo puso en ese lugar.

Mientras tanto, la provincia de San Luis comienza a sacudirse esa historia. Nuevas generaciones de dirigentes, encabezadas por figuras como Maximiliano Frontera, avanzan en un camino de reconstrucción institucional. La voluntad de cambio es clara. Pero decisiones como la de Salino nos recuerdan que el viejo régimen no se irá sin resistirse.

La ciudadanía sabrá tomar nota. La ficha no fue limpia, pero quedó sucia para siempre la memoria de quienes, en lugar de servir al pueblo, se sirvieron de él.

Entrada anterior Poggi y Frontera no se separan: la unidad que sostiene el nuevo tiempo de San Luis
Entrada siguiente Roberto “Nani” Quiroga, candidato del Movimiento Vecinal Independiente Provincial (Movipro) por el departamento Belgrano