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San Luis – La escena política de la provincia está experimentando una transformación profunda. Así lo interpretó el analista político Gustavo Thompson durante su participación en San Luis Streaming, donde, junto a Alberto Trombetta y Fito Carranza, trazó una lectura certera del vínculo entre el gobernador Claudio Poggi y el intendente de Villa Mercedes, Maximiliano Frontera. Para Thompson, no quedan dudas: Frontera es el sucesor natural del actual gobierno provincial.
Lejos de especulaciones sin fundamento, Thompson sostuvo su planteo sobre una base clara: “Maxi no traiciona”. La fidelidad, la conducta intachable, la gestión ordenada y su rol clave en el nuevo tiempo que vive Villa Mercedes lo colocan en un lugar central dentro del entramado institucional de San Luis. Y más aún: es Frontera quien, desde el segundo municipio más importante de la provincia, garantiza hoy la gobernabilidad de Poggi.
“El poder no se regala, se construye. Y cuando aparece un fenómeno genuino como el de Villa Mercedes, algunos tiemblan”, expresó Thompson con firmeza, apuntando a sectores del entorno gubernamental que —según denunció— intentan desacreditar el crecimiento del intendente. Sin embargo, la realidad en las calles desmiente esas maniobras: la sintonía entre Poggi y Frontera es pública, sólida y estratégica.
La visita reciente del gobernador a Villa Mercedes, y la masiva respuesta social en la inauguración de la Plaza del Barrio 828, fue una prueba elocuente. El mensaje de Frontera, transmitido con emoción y claridad, habló de unidad, de dejar las grietas atrás, de trabajar en equipo, y de seguir soñando con una provincia sin divisiones. “En San Luis no existe la grieta”, dijo, con el respaldo del pueblo y de la institucionalidad local a sus espaldas.
El análisis de Thompson fue aún más profundo: el liderazgo de Frontera no es coyuntural ni oportunista, sino el resultado de un trabajo sostenido, de una gestión transformadora y de una concepción política basada en valores, pertenencia y servicio. En sus palabras, “Villa Mercedes está recuperando su identidad, sus símbolos, sus plazas, su orgullo”.
Frente a la ligereza con la que algunos intentan instalar versiones de ruptura o ambición desmedida, Thompson fue categórico: “Frontera acompaña, no especula. Es prudente. Tiene visión. Y esa es la diferencia entre los líderes naturales y los improvisados”.
También hubo lugar para advertencias. Se habló de entornos tóxicos, de traiciones potenciales, y del riesgo de que algunos sectores internos busquen erosionar este vínculo virtuoso. “Villa Mercedes no va a traicionar. La pregunta es si el gobernador sabrá sostener lo que su pueblo ya abrazó”, disparó Thompson, en un mensaje que combina respeto institucional con defensa del proyecto mercedino.
Finalmente, la conclusión fue tan política como generacional: la provincia está dejando atrás los relatos oxidados del pasado. El ciclo de los octogenarios llega a su fin. San Luis necesita abrirse al país, proyectarse con una nueva camada de dirigentes, y en ese futuro inmediato, la figura de Frontera no sólo asoma con fuerza: ya está ocupando el centro del escenario.