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Por Gustavo Thompson
Es una época de gran turbulencia política y económica en el mundo. Las mafias económicas, con su poder e influencia, han logrado infiltrarse en los gobiernos de muchos países, manipulando a los presidentes y líderes para que tomasen decisiones que les favorecieran.
Estos grupos económicos, sin principios ni valores, solo buscaban aumentar su poder y riqueza, sin importarles las consecuencias para la ciudadanía. Los presidentes, bajo su influencia, olvidan sus promesas de campaña y sus obligaciones para con el pueblo, convirtiéndose en meros títeres en manos de las mafias. Pasa en la Argentina, también en San Luis.
La ciudadanía, indefensa y desorientada, ve como sus derechos y libertades son pisoteados, cómo la justicia es vendida al mejor postor y cómo la economía es saqueada. La corrupción y la impunidad reina, esta naturalizada y la esperanza parece perdida porque no aparece el gran salvador.
Pero hay quienes se resisten, somos pocos los que tratamos de recuperar la dignidad de la gente y la soberanía de sus países. Activistas, periodistas, políticos honestos y jóvenes se deberían unir para denunciar las injusticias y para proponer diferenciarse con nuevas alternativas para un futuro más creíble, justo y equitativo.
El desafío es duro, pero no imposible. La ciudadanía, organizada e informada, puede recuperar el control de su destino, puede elegir líderes que realmente la representen y puede construir un mundo más justo y próspero para todos aprendiendo a utilizar, correctamente, LA SOCIEDAD EN RED.
Sin embargo, este es solo un relato, una posibilidad, la realidad es más compleja, estamos colmados de ciegos que no quieren ver, sordos que no quieren oír. ¿Qué tan lejos llegaría la influencia de las mafias económicas?, ¿Y qué tan fuerte sería la resistencia de la ciudadanía?.
Solo el tiempo lo dirá, al menos, algunos preferimos morir en el intento.-
